9 de octubre de 2011

Sustituirte nunca fue el plan B

Últimamente te pienso demasiado, lo achaco al cambio de estación. Tengo las hormonas alborotadas y te deseo de una manera algo extraña, diferente. Echo de menos ponerme a llorar como una niña pequeña enrabietada  porque hoy no me has dicho que tengo los ojos más bonitos del mundo. Y es que contigo se me aceleró la vida y el corazón. Debe ser que hoy nos echo un poquito más de menos o que los días grises me entristecen y por no admitirlo, te vuelvo a echar una vez más la culpa de todo. De que los políticos se estén cargando el país, de que el ecosistema se esté yendo a la mierda y de que mi corazón ya no sonría al verte entre otras muchas cosas. Supongo que deberás estarme agradecido de que encabeces mi lista de personas admirables, y que con diferencia, eres el cabrón al que más he querido.






Quiero que me mires de arriba abajo
mordiéndote el labio anticipándome que 
en menos de 3 segundos me vas a comer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario