Todo cambia, nada permanece.

Vuelvo a despertarme con la misma sensación de tranquilidad después de haber soñado contigo. Igual que hace unos meses cuando estábamos juntos contra viento y marea. Que el mundo giraba alrededor de tus ojos grandes, y mi mayor preocupación era oírte respirar. Cambio de decisión mientras veo tu cara reflejada en cualquier café, frío y sin azúcar, como te gustaba a ti.  Es increíble pero puedo notar tu olor, ese mismo que dejabas de recuerdo en mi almohada después de algún que otro revolcón. Que me he dado cuenta que libertad es la palabra más bonita del mundo, y que es nuestro momento de disfrutarla. Hoy solo quiero que seas feliz, y no junto a mí.