27 de febrero de 2011

Dichosa primavera.

Reducido tiempo para que llegue la mejor estación del año.
Espero que pueda recordarla saturada de:
Tardes pigmentadas en nuestro parque.
Abrazos que cortan la respiración y besos tatuados por la espalda.
Unos cuantos deseos estraviados entre el pelo.
Cincuentaycuatro mordiscos en el cuello.
Miles de sonrisas pícaras.
Veintinueve escalofríos.
Infinitas ilusiones enroscadas en los dedos.
Y 3456781943345678 momentos entre las sábanas.



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