3 de enero de 2012

Hace mucho tiempo que los sueños no se cumplen





Suspirabas mientras mirabas la tristeza que la gente mostraba en sus caras. Y decías que por eso te gustaba encerrarte en casa con un café frío entre las manos y un libro a recién estrenar. Que ya ni los gatos maullaban y la Luna no se dejaba ver mucho, la verdad. Alguien había robado todo el amor del mundo y les había dejado tiritando. Secos y tristes. Tan vacíos que preferían no hablar por miedo a causarse eco por dentro. Asustados por si alguien se acercaba por la espalda susurrando su nombre. Esperando desesperados a que alguien viniese a salvarlos de ese temblor constante de piernas. De esa soledad absoluta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario